¡Hola, Audazes!
Hemos estado haciendo una práctica de Navegación, una travesía de navegación entre Benalmádena y la Isla de Alborán con un grupo de alumnos. Rumbo 126º directos a la Isla de Alborán a media tarde del viernes.
Gobernamos toda la noche al timón porque es una práctica y todos llevan el barco por guardias. Una marejadilla de poniente entra por la aleta de estribor, lo que supone una buena práctica para el que va al timón. Una noche clara y plagada de estrellas nos permiten usarlas de referencia para seguir el rumbo.
Cuando amanece, ya nos encontramos a unas 5 millas de la isla. Dejamos 2 millas de resguardo y a babor, dirección a las costas de Granada. ¡Y nos acompañan los delfines, jugando y siguiendo nuestro rumbo!
A mediodía, preparamos en grupo algo sencillo de comer por encontrarnos con la mar casi del través. Seguimos navegando con una buena conversación de sobremesa.
Cuando nos encontramos a unas 22 millas de la costa recibimos una llamada de Salvamento Marítimo. Tenemos una embarcación a unas 2 millas en proa con un «May Day»: han movilizado el Helimer y una salvamar, que parte del Puerto de Motril a su posición. Pero nosotros tenemos la ETA (hora estimada de llegada) más corta.
Al poco tiempo vemos una lancha en proa, sin gobierno y que está atravesada a la mar. Nos preparamos, con el material de seguridad para prestar socorro y, al llegar, comprobamos que es una lancha de unos 8m con dos tripulantes a bordo, que han perdido el gobierno por un fallo mecánico en el motor, pero no tienen problemas de flotabilidad. Informamos a Salvamento Marítimo, que suspende el despegue del Helimer y nos pide que nos quedemos junto a ellos hasta la llegada de la Salvamar y una lancha de la Guardia Civil. Así lo hacemos hasta que concluye el rescate una hora y media después.
Con el retraso sufrido, decidimos no entrar en el Puerto de Motril y dirigirnos directos para el de La Caleta de Vélez. Navegamos toda la fría noche, que compensa con una bonita vista de Sierra Nevada desde el mar. ¡Qué sobrecogedor es contemplar todo esto desde el mar!
La madrugada del segundo día atracamos en el puerto de La Caleta, donde dormimos y tocamos tierra para desayunar unos deliciosos churros con chocolate. El momento perfecto para volver a entrar en calor y compartir momentos y aprendizajes extraídos de la travesía.
Volvemos a zarpar con proa a la Bahía de Málaga y fondeamos en La Malagueta para comer. Levamos ancla, dirección Benalmádena, donde llegamos a media tarde.
En resumen, dos días de una experiencia inigualable. Siempre pueden existir incidencias que nos hagan modificar los planes iniciales, pero con los conocimientos adecuados todo tiene solución y, además, se puede disfrutar de lo que nos reste en el mar.
¡Buena proa!
Enrique de Hoyos, capitán y CEO de Audazes.