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Travesía 24h. De Benalmádena a Gibraltar

¡Hola Audazes!

Una vez más, levamos anclas en el Audaz Mediterráneo para salir a disfrutar del mar. En esta ocasión, partimos la mañana del sábado a las 11:00 a doblar el cabo de Calaburras y de ahí rumbo directo a Punta Europa, en el extremo sur del Peñón de Gibraltar, ya en el Estrecho. Una 40 millas con un viento suave de levante que nos empuja de popa y nos permite alcanzar los 7 nudos con el motor a medio gas.

Al anochecer doblamos punta Europa, gestionando el tráfico marítimo y entramos en la Bahía de Algeciras. La recorremos por su extremo oeste pegados a La Roca hasta llegar al resguardo del espigón de levante del puerto de La Alcaidesa, al fondo de la Bahía en el Municipio de La Línea de La Concepción. Ahí es donde buscamos el veril de 7m y fondeamos para cenar y descansar una horas.

Toda la tripulación ha participado en la navegación, el gobierno del barco y las guardias, pero ahora toca volver a Benalmádena y pasar el resto de la noche navegando. Nos organizamos en guardias de 2h, analizamos bien la carta náutica y las señales lumínicas de balizamiento que tenemos a la vista y nos guiarán el la noche para salir de la concurrida Bahía de Algeciras.

Esperábamos un calculado cambio de viento que nos beneficie en la vuelta. Pero, en cambio, al salir del resguardo de Gibraltar y poner proa al Mediterráneo nos encontramos con el mar de frente y un levante que no ha cesado, al contrario, se encañona en el Estrecho y nos sacude con olas cortas de proa, que no nos permiten pasar de los 3,5 nudos hasta bien entrada la madrugada.

A partir de ahí, y ya en costas malagueñas el viento cesa, la mar se aplana quedando una bonita noche plomiza de invierno donde el gris del mar se confunde con el del cielo y una suave niebla no nos permite ver a más de una milla. Mantenemos la vigilancia ayudados del AIS y el Radar, haciendo seguimiento y maniobrando si es necesario a toda embarcación que aparece en las pantallas a menos de 8 millas. Aparecen «delfines fantasma». ¿Qué es esto? Pues en la noche no podemos ver a los delfines que nos acompañan a los costados del barco, pero sí la estela que dejan al excitar el plancton luminiscente con su movimiento. A veces, podemos distinguir la figura completa del delfín que se convierte en estela a modo de animal fantasma.

Al despuntar el alba ya teníamos Calaburras a las escasas 4 millas que teníamos de visibilidad, las últimas 20 millas fueron más rápidas, con medias de 5 o 6 nudos y al doblar el Cabo ya estábamos en el entorno del Puerto base del Audaz Mediterráneo, una maravillosa vista del Castillo de Fuengirola, Su puerto al través y antes de la hora de comer estábamos en Benalmádena.

Un día completo de navegación increíble, que tú también puedes vivir con nosotros participando en nuestras prácticas o travesías.

¡Buena proa!

Enrique de Hoyos, capitán y CEO de Audazes.